Bodegones

  Pues de eso va la entrada. Recuerdo que en Bellas Artes nos enseñaron a hacer los bodegones con tres tipos de técnicas. (Las grisallas con veladura nunca contaron y eran tabú). Más que nada es un estudio distinto del color de cada bodegón. Teníamos tres tipos: las esquemáticas (ojo, no es pintar con numeritos, sino elegir desde el principio zonas para pintar sobre ellas siguiendo el color), las subordinadas (que consiste en inventarte un color base mezclando los de la zona que hayas elegido) y las directas (que es suerte y al toro).

   Las diferencias entre ellas, básicamente, es la cualidad real del color. La mayoría de la gente usa el modo esquemático para pintar, elegir zonas que tengan colores distintos, poner un color (que deciden que es ese) y desde ahí partir. El problema de esta técnica es que al acabar una zona, los matices de ese color suelen estar bien y parecerse al original, pero se pegan de tortas con las otras zonas porque están totalmente despegados. (Aunque no siempre es así).

  

   Las subordinadas consisten en elegir zonas de matices de contraste y a partir de ahí, coger los colores de esa zona y mezclarlos, formando un color base (normalmente verde o marrón, creedme) y a partir de ese color, ir cambiando de tono, hasta fundirlos con las otars zonas. Con esto lo que se gana son más matices y que los colores no canten tanto. El problema es que es muy pesado.

  La técnica directa se usa normalmente cuando: 

    - Quieres hacer un esquema rápido de todo.

    - Estás aprendiendo.

    - Eres tan guay que todo lo demás te la trae al fresco y eres capaz de pintar todos los tonos a la vez.

   A continuación un ejemplo de la técnica de los subordinados.

  Después de llegar a esta fase, se puede seguir hasta el infinito y si se desea, también puedes añadir pinceladas de colores subordinados en vez de solamente zonas. Las pinceladas ni muy grandes ni muy pequeñas y que no se solapen unas con otras.